lunes, 8 de julio de 2013

COMPONENTE 1: EL ESPACIO, TERRITORIO AMBIENTE Y POBLACIÓN


¿Y COMO NOS PENSAMOS EL ESPACIO GEOGRÁFICO?

Hoy les presentaré a un teórico desde la geografía Humana su nombre es Gustavo Montañez, el señor acá presente es doctor en Geografía de la University of Florida, su formación es ingeniero geógrafo de la Universidad Tadeo Lozano, es decir hecho en Bogotá. El profe que les voy a presentar es un duro en pensamiento geográfico y es docente reconocido de la Universidad Nacional de Colombia, su teoría es un viaje total pues nos muestra como los elementos físicos que constituyen el espacio geográfico interactúan entre si por medio de diferentes relaciones que construimos sobre el espacio y que intervienen sobre nuestra cultura, es importante resaltar que dicha interpretación platea una relación diferente entre hombre-naturaleza cuestión que se hace pertinente señalar para los serios conflictos ambientales que acontecen actualmente en nuestro territorio.  Es necesario entonces dada la reflexión pensarnos sobre la historia de la humanidad y la transformación del espacio geográfico como categorías que están íntimamente relacionadas. Así lo manifiesta profe Gustavo en su reflexiones.



En la medida en que los humanos han ido comprobando la finitud del planeta en que viven y que casi todos los rincones donde habitan están ya interconectados por las comunicaciones y los mercados, parecen inquietarse más que nunca antes por el presente y el futuro de sus espacios y territorios. Desde comienzos del último cuarto del siglo XX ha crecido en el mundo un interés renovado alrededor de este tema por parte de muchos pensadores de la sociedad, de la cultura y de la naturaleza.

Este renacimiento de la metáfora espacial sucede al mismo tiempo en que todo el planeta es escenario de la intensificación de ciertos fenómenos ambientales, económicos, culturales y sociales, cuya interconexión es cada vez más estrecha. Todos estos procesos complejos provocan tendencias a veces contradictorias, dependiendo de sus escalas de acción espacial y de la naturaleza de las relaciones entre ellas. En general, las lógicas y los efectos de la acción no ocurren sin solución de continuidad en los distintos ámbitos, trátese de un lugar, una localidad, una región subnacional, un país, una región supranacional o el mundo entero.

El estudio del espacio y el territorio exige un esfuerzo importante por identificar y precisar una mínima base teórica y conceptual, sin la cual es grande el riesgo de perderse en la infinita trama de diversidad y complejidad de este campo de estudio. Las consideraciones que aquí se hacen están basadas en una selección y formulación de algunos elementos teóricos fundamentales para la reflexión. 


¿Y QUÉ ES EL ESPACIO GEOGRÁFICO?

Sack (1997) recuerda que los humanos son seres geográficos. Quiere esto decir que los humanos transforman la Tierra para convertirla en su casa, pero al hacerlo se transforman ellos mismos no sólo mediante la propia acción que implica esa transformación, sino también por los efectos que esa Tierra transformada ocasiona sobre la especie y la sociedad humanas.

Así, nuestra naturaleza geográfica nos mueve a darle forma espacial al mundo y ese mundo moldeado nos transforma de muchas maneras, sin que a menudo seamos conscientes de ello. Por ello, desde el punto de vista geográfico, la historia de la humanidad se interpreta como la historia de la apropiación y transformación de la  Tierra, en especial de su biosfera, a través de la acción de las sociedades humanas. Y, por otro lado, se entiende también como la historia de la transformación de los humanos debida a los efectos de la apropiación y transformación del espacio y la biosfera terrestre.

El espacio geográfico, en apariencia sólo sensible y hasta banal, contiene gran complejidad tanto por tener un contenido relacional, complejo, funcional e histórico como por ser un medio holístico muy particular que expresa la extraordinaria dinámica e interacción social, económica y cultural de los pueblos. Estos pueblos, localizados siempre en porciones particulares de la superficie de la tierra y haciendo uso de sus formas de organización social y política, se han valido de los elementos y atributos físicos y ambientales de su entorno, y de los recursos de otros pueblos, además de las interacciones culturales con ellos, para andar determinados procesos históricos y geográficos que, a su vez, impulsan la creación de nuevas condiciones de posibilidad espacial y territorial para esas mismas sociedades. Este proceso continuo de la humanidad en la faz de la Tierra ha estado mediado a través de la historia por los progresos técnicos y, por la evolución de las lógicas de las formas de organización social y productiva.

Dado que la cotidianidad de los humanos ocurre en el espacio geográfico, éstos se forman una primera noción de ese espacio a partir de las espacialidades vividas. No es común trascender dada una teorización o conceptualización de esas espacialidades. Por ello, desde el punto de vista pedagógico, una transición de la noción al concepto de espacio geográfico sólo se logra mediante un proceso de construcción conceptual que requiere un trabajo sistemático a lo largo de la educación básica, media y superior.


La noción de espacio geográfico que aquí proponemos dista de la concepción que la tradición educativa en nuestro medio le ha otorgado no sólo en la educación básica y media del país, sino incluso en la educación superior. Predomina en esa tradición un atisbo apenas dirigido a la naturaleza física de la superficie terrestre, con una mirada casi muerta tanto del espacio como de las espacialidades. Contrario a esa tradición, el espacio geográfico se concibe hoy como una categoría social e histórica que abarca los procesos y los resultados de la acumulación histórica de la producción, incorporación, integración y apropiación social de estructuras y relaciones espaciales en la biosfera terrestre.

¿Y QUE ES EL TERRITORIO?

Hasta aquí hemos evadido de manera deliberada una alusión directa o enfática de las dimensiones poUtica y afectiva del espacio geográfico, cuestión absolutamente inevitable cuando hablamos de territorio. La palabra territorio se deriva de las raíces latinas térra y torium, que conjuntamente significan la tierra que pertenece a alguien (Lobato Correa, 1997). El territorio es, por tanto, un concepto relacional que insinúa un conjunto de vínculos de dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación entre una porción o la totalidad de espacio geográfico y un determinado sujeto individual o colectivo.

De ahí que cuando designamos un territorio siempre estamos asumiendo, aun de manera implícita, la existencia de un espacio geográfico y de un sujeto que ejerce sobre él cierto dominio, una relación de poder, una calidad de poseedor o una facultad de apropiación. La relación de pertenencia o apropiación no se refiere sólo a vínculos de propiedad sino también a aquellos lazos subjetivos de identidad y afecto existentes entre el sujeto y su territorio.

Ese sujeto individual o colectivo contiene generalmente una porción de poder suficiente para incidir en la transformación de ese territorio. El territorio es, pues, el espacio geográfico revestido de las dimensiones política, identitaria y afectiva, o de todas ellas. La historia de la humanidad está llena de luchas y transformaciones territoriales. Ha pasado por diferentes fases según la preeminencia de determinados sujetos territoriales: desde el predominio de los territorios de las comunidades primitivas, seguido por los territorios de los imperios de la antigüedad, los territorios de los pueblos bárbaros, los territorios de los señores feudales y de la nobleza de la edad media, los territorios de los imperios prehispánicos y los territorios coloniales, hasta el surgimiento de los territorios de los Estados-Nación a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, y los territorios contemporáneos de las grandes empresas transnacionales del período de la globalización.

Con respecto al territorio de los Estados-Nación, no se debe olvidar que éste es uno de los elementos básicos de la nacionalidad en el mundo occidental. Mientras que fuera de Occidente, principalmente en Europa Oriental y Asia se desarrollo un modelo de nación distinto, basado en una concepción étnica y genealógica de la nación, destacando la comunidad de nacimiento y la cultura nativa, donde una nación es ante todo una comunidad de linaje común, en Occidente, según Smith (1997), los componentes del modelo estándar de la identidad nacional son un territorio histórico, una comunidad politíco-legal, la igualdad político-legal de sus integrantes, y una ideología y cultura cívica colectivas. En el mismo sentido, otros autores, refiriéndose a estos mismos componentes de la identidad nacional, coinciden en describirlos así: un territorio histórico, unos recuerdos históricos y mitos colectivos, una cultura de masas pública y común para todos, unos derechos y deberes legales e iguales para todos los miembros, y una economía unificada que permita la movilidad territorial de sus miembros.

PARA REFLEXIONAR...

¿Es nuestro barrio un territorio, porque?

¿Como relacionamos los aportes del profe Gustavo a nuestras vivencias cotidianas en nuestro barrio?

¿Si fueras un investigador social y tuvieras que hacer una caracterización del territorio (barrio) que tendrías en cuenta a la hora de mostrar resultados? 

VÍDEOS PERTINENTES..... 



RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DEL COMPONENTE Nº 1

PREPARACIÓN
1. C
2. A
3. D
4. C
5. B
6. B
7. D
8. D
9. C
10. D
EVALUACIÓN
1. D
2. B
3. A
4. D
5. C
6. D
7. B
8. A
9. A
10. C 



1 comentario:

  1. Pues a la final las respuestas no son tan importantes, lo importante es que se haya aprendido algo, la información esta bien severa, me trama resto lo de las culturas. La historia es nuestro fundamento de ser social hoy en dia.

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